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Estimados amigos y seguidores, que buena esta onda del Reto Top10, de @RadioSteemit, que las publicaciones del reto sirvan para compartir con los demás algo que sientas puede ser interesante o de utilidad.
La semana pasada, debí pensar que compartir y, por fin, encontré un aspecto técnico que puede ser de mucha utilidad en cualquier hogar o lugar de trabajo: como reparar una tubería de agua, mediante la colocación de un ladrón.
Ante esta nueva convocatoria, no tuve que pensar, enseguida sentí que debía compartir mis reflexiones sobre la situación actual de mi país, pues Venezuela está viviendo unas circunstancias que se salen de lo común: Dos presidentes, dos asambleas, dos tribunales de justicia y dos grandes porciones de gente, una a favor de cada lado. Una locura total. Una vigorosa dinámica que lo mantiene a uno en ascuas todo el tiempo. Un chiste de Mafalda, despertándose en la mañana y preguntando: ¿Ya se fue?, resume bastante bien la situación.
Reflexiono. No sé exactamente cómo ni cuándo se dará el cambio, pero definitivamente tiene que darse. Es impredecible, pero inevitable. Juan Guaido parece saber exactamente hacia donde va. Para mí, simple ciudadano común hay muchas cosas borrosas.
Por otro lado, me preocupa la actitud de muchos de mis conciudadanos anti-maduristas, quienes piensan que una vez que se vaya Maduro todo quedará resuelto. En verdad, cuando se vaya Maduro es cuando hay que empezar a resolver. El país estuvo caminando hacia atrás durante estos 20 años, el desarrollo industrial que poco a poco se había ido logrando, parece haber desparecido. La producción de quesos y otros lácteos, parece haber migrado, la producción de cárnicos, desvastada y cultivos tradicionales, desde la época de la colonia, como el café y el cacao, seriamente disminuídos. Los famosos exprópiese hicieron el gran trabajo de detener y retroceder la producción agrícola. Tan increíble que hasta plátanos y cambures, que crecen en todos lados, llegan importados.
Todo esto que describo sin ahondar, no se repara de un día para otro. Pasarán años hasta que Venezuela recupere el tiempo perdido y otros más antes de estabilizarse y encender los motores del progreso que le fue arrebatado. Antes de superar la indolencia y la actitud mendicante de quienes se acostumbraron a ser mendigos del sistema.
Re-educar en la dignidad del trabajo, en el auténtico amor a la patria, re-vitalizar los valores característicos del venezolano de bien, será una tarea tan necesaria, importante y difícil como la de colocar a toda mecha la producción petrolera y la de las empresas básicas, si es que no es aun más difícil. Por eso, cuando Venezuela renazca, es cuando en verdad, sus hijos podremos mostrar cuanto amor le tenemos, colocando el hombro para llevar la carga y ponienco el pecho, con el coraje que sea necesario para levantarla.
GRACIAS POR LEER
VIVA VENEZUELA/ MI PATRIA QUERIDA