Hoy hablaremos de dos temas que, aparentemente, no tienen mucha relación entre sí, la confianza y la tecnología, y cómo esta última está sentando la bases para cambiar radicalmente el concepto de la confianza y la manera en que las personas se relacionan entre sí. En el año 2009, fuimos testigos de la aparición de una nueva propuesta que ofrece llenar el vacío de la confianza. Su nombre es cadena de bloques —blockchain, en inglés—. Así como el Internet transformó radicalmente a las comunicaciones poniéndolas al alcance de todos —democratizándolas—, la cadena de bloques hará lo mismo con las instituciones sociales, políticas y económicas.
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