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Curtis Alexander Dimistrius Jones era un chico con una gran fortaleza física. Vivía en un barrio en la montaña, donde subía cientos de escaleras. Su familia, solo se preocupaba por el día a día y ser felices.
Aunque eran una familia muy humilde, se estaban abriendo camino a la vida. Ya Curtis, con 16 años estaba empezando a trabajar en una pequeña parcela que su padre le había cedido para que creara su propia casa. Su padre era albañil, así que Curtis tenía muy buenas nociones sobre construcción y podía asumir esa nueva aventura a la que su padre lo estaba impulsando a ir.
Fondo de la imagen por Ralphs_Fotos
Así que cada vez que Curtis salía del liceo, iba a su trabajo en construcción que le había conseguido su padre y con lo que iba ganando compraba materiales para su casa. Luego de comprar algunos materiales él mismo se encargaba de ir subiendo todo ese material hasta su futura casa. Se podrán imaginar, ir subiendo tobos de arena, bultos de cemento, bloques, cabillas con sus propias manos por cientos de escaleras cuesta arriba. Solo porque no hay forma en que un vehículo suba hasta allá. Aunque voy a serles sincero, Curtis tenía amigos que de vez en cuando solían ayudarlo a subir el material y a construir. Pero, esta suerte no era de todos los días. Ellos también tenían sus vidas.
Curtis se había imaginado su casa y siempre en las cenas conversaba con su padre sobre algunas ideas, un balcón, techo en machimbrado, un suelo de cerámica, la orientación que debía tener la casa, las aguas, un pequeño jardín… Cada conversación lo animaba mucho en su proyecto. También se imaginaba compartiendo con sus hermanas más pequeñas, así que les estaba planificando la habitación más bonita que ellas pudieran desear.
Otro día igual, Curtis salía del liceo riendo con sus amigos. Uno de ellos le prometió ir ayudarlo más tarde después de terminar sus deberes. Curtis fue a la construcción ya solo para buscar su último pago, porque ya la obra había concluido. Pero, estaban muy contento con su trabajo, así que lo esperaban la semana que venía para otro proyecto que la empresa tenía. Así que ese día Curtis tenía mucho tiempo para dedicarle a su futuro hogar.
Compró mucho material, bloques y cemento. Subió todo el cemento y dejó al final los bloques. Para subirlos él utilizaba un costal y los subía poco a poco. Pero, como se sentía con muchas fuerzas empezó a cargar de a dos bultos. Unos 35 kilos cada bulto. Bajaba sin peso toda la montaña y subía con unos 70 Kilos o hasta más si cabían mejor en los bultos. Hizo esto docenas de veces.
Ya apunto de terminar decidió cargar más de la cuenta. Subió, un poco más lento, pero confiaba en que terminaría sin problema. Y, sin ningún tipo de aviso las luces se le iban y se estaba desmayando con poco más de 80 Kilogramos encima y en la parte más empinada. A continuación, el pobre Curtis estaba rodando hacia abajo por las escaleras, muchos bloques le caían encima y se hacían añicos, después quedaban en forma de rocas que lo golpeaban y lo herían constantemente. Su caída terminó al borde de un abismo atrapado por el matorral que crecía descuidadamente y el montón de escombros que le caían al mismo tiempo.
El amigo de Curtis estaba llegando y observó con extrañeza la montaña de escombros que había aparecido de repente. Estaba por seguir de largo hasta que vio una mano sobre saliendo de entre los escombros y salió corriendo para desenterrar al desfavorecido. Su sorpresa fue absoluta cuando encontró a su amigo inconsciente, cortado, ensangrentado y muy magullado entre los materiales.
Procuró sacarlo de ahí con cuidado y lo cargó en sus hombros para llevarlo al hospital. Mientras lo bajaba se encontró al padre de Curtis subiendo las escaleras y vio la cara de su hijo inconsciente y corrió a ayudar al amigo de Curtis. Le preguntaba que qué había pasado y el amigo solo podía decir que lo encontró enterrado bajo escombros. No sabía que le había ocurrido. Ambos, cargaron con él y corrieron cuesta abajo lo más deprisa que podían.
En el hospital, Curtis estaba vivo y quién sabe cómo. Pero, tenía severas heridas en todo su cuerpo, le habían hecho una trepanación para drenar la sangre que se acumulaba en su cerebro debido a las lesiones que había sufrido. Sin embargo, Curtis no recuperaba la conciencia. Quedó en coma.
Pasaron los días, las semanas, meses y Curtis no despertaba. Veían actividad cerebral, por esa razón le daban muchas esperanzas los doctores a los familiares. Solo debían esperar a que el cuerpo respondiera nuevamente.
Mientras Curtis yacía en esa cama. Solían leerle, hacerle ejercicios y cantarle. Pero, parece que mientras este dormía disfrutaba mucho cuando uno de sus amigos justamente quién lo rescató de entre los escombros, llegaba con una guitarra a tocarle y a motivarle que se levantara. Sabían que Curtis disfrutaba esto por las señales que el cerebro mandaba a una máquina.
De repente, Curtis empezó a mover los dedos, llamaron a los doctores y parecía que estaba por despertar. Pero, aún no estaba listo para hacerlo. Sin embargo, el movimiento de dedos de Curtis no cesaba. Pasaron un par de semanas así. Día y noche Curtis moviendo sus dedos sin parar.
Sin que nadie lo viera, Curtis abrió sus ojos y con algo de dificultad se levantó de la cama, vio unos cables conectados a él y se los desconectó y ahí saltaron las alarmas. Todo el equipo de resucitación salió disparado a la habitación de Curtis para sorprenderse al verlo sentado en su cama. Sin duda, se convirtió en uno de esos milagros médicos que suelen contar los médicos.
Llamaron a los familiares de Curtis y no tardaron mucho en llegar junto a sus amigos. Ahí, ya no importaba preguntarle qué había pasado, porque ya él no lo recordaba. Solo importaba que él estaba bien, despierto y junto a ellos nuevamente.
Curtis reconoció a su amigo el guitarrista y le preguntó si traía su guitarra para que tocara un poco. Su amigo, de la alegría por la noticia la dejó en casa. Pero, Curtis le dijo que él lo escuchaba mientras dormía. Los escuchaba a todos. Pero, todo iba acompañado de la guitarra. Él no lo supo explicar, solo que despertó con muchas ganas de escuchar la guitarra sonar. Su amigo, le dijo que él no tocaba guitarra, él tocaba el bajo. Curtis como no sabía la diferencia, no le prestó mucha atención a esto. Pero, le dieron muchas ganas de interpretar todo lo que en su cabeza había escuchado mientras dormía y que seguramente no todo le pertenecía a su amigo.
Curtis se recuperó. Al salir del hospital se sintió muy feliz de seguir con vida y de poder continuar con sus proyectos y sumando uno nuevo y muy especial. Aprender a tocar el bajo con su amigo. Al llegar a casa otra sorpresa lo esperaba. Su padre, estaba terminando la casa que él estaba haciendo. Quedó exactamente como la había imaginado, con un buen jardín, un grandioso balcón, piso de cerámica y el cuarto para sus hermanas para cuando quisieran ir a visitarlo.
Curtis continuó trabajando en la construcción. Pero, poco a poco alguna que otra lesión le recordaban el incidente, así que decidió optar por una carrera distinta y como se estaba volviendo muy bueno con el bajo. Decidió unirse a una banda y sinceramente le fue muy fácil. Dado que la mayoría decide ser el protagonista de la banda con la guitarra o la batería, muchos dejan de lado al bajo. Siguió creciendo como artista y poco a poco empezó a tomar mayor protagonismo. Otras bandas solían hacer colaboraciones con él.
Siguió creciendo como artista y lo mejor de él es que nunca se olvidó de sus orígenes y de su casita. Cada día la colocaba más bonita e invertía en el lugar, ahora hay mejores vías y los vehículos ya podían llegar hasta su casa. Evitando así que algo como lo que le ocurrió a él le suceda a otra persona.
Curtis Alexander Dimistrius Jones was a boy of great physical strength. He lived in a mountain neighborhood, where he climbed hundreds of stairs. His family only cared about day to day life and being happy.
Although they were a very humble family, they were making their way in life. Already Curtis, at the age of 16, was starting to work on a small plot of land that his father had given him to create his own house. His father was a bricklayer, so Curtis had very good notions about construction and could take on this new adventure that his father was pushing him to go on.
Background image by Ralphs_Photos
So every time Curtis got out of high school, he would go to the construction job his father had gotten him and with his earnings he would buy materials for his house. After buying some of the materials, he would carry them up to his future house. You can imagine, going up hundreds of stairs uphill with his own hands, carrying sand, cement, blocks, and steel bars. Just because there is no way for a vehicle to go up there. Although I'll be honest with you, Curtis had friends who occasionally used to help him carry the material up and build. But, this luck wasn't every day. They had their lives too.
Curtis had imagined his house and always at dinner he would talk with his father about some ideas, a balcony, a tongue and groove roof, a ceramic floor, the orientation the house should have, the water, a small garden... Each conversation encouraged him a lot in his project. He also imagined himself sharing with his younger sisters, so he was planning the most beautiful room they could wish for.
On another such day, Curtis was leaving school laughing with his friends. One of them promised to help him later after finishing his homework. Curtis went to the construction site just to get his last paycheck, because the work was finished. But, they were very happy with his work, so they were expecting him next week for another project the company had. So that day Curtis had a lot of time to devote to his future home.
He bought a lot of material, blocks and cement. He brought up all the cement and left the blocks at the end. He used a sack to carry the blocks up the stairs, and he would carry them up a little at a time. But, as he felt very strong, he began to carry two packages at a time. About 35 kilos each. He would go down the whole mountain without any weight and come back up with about 70 kilos or even more if they fit better in the bags. He did this dozens of times.
When he was about to finish, he decided to carry more than he had to. He climbed, a little slower, but he was confident that he would finish without a problem. And, without any warning the lights went out on him and he was passing out with just over 80 kilograms on top and at the steepest part. Next, poor Curtis was rolling down the stairs, many blocks were falling on him and shattering, then remaining in the form of rocks that were constantly hitting and hurting him. His fall ended at the edge of an abyss trapped by the carelessly growing brush and the pile of debris falling on him at the same time.
Curtis' friend was just arriving and looked strangely at the mountain of debris that had suddenly appeared. He was about to walk on by until he saw a hand reaching out from the rubble and ran out to dig up the underprivileged man. His surprise was absolute when he found his friend unconscious, cut, bloody and badly bruised among the materials.
He tried to pull him out carefully and carried him on his shoulders to take him to the hospital. As he was carrying him down he found Curtis's father coming up the stairs and saw his unconscious son's face and ran to help Curtis's friend. He asked him what had happened and the friend could only say that he found him buried under rubble. He didn't know what had happened to him. They both carried him and ran down the hill as fast as they could.
At the hospital, Curtis was alive and who knows how. But, he had severe injuries all over his body, he had undergone a trepanation to drain the blood that was accumulating in his brain due to the injuries he had sustained. However, Curtis did not regain consciousness. He remained in a coma.
Days, weeks, months went by and Curtis did not wake up. They saw brain activity, and for that reason the doctors gave the family a lot of hope. They only had to wait for the body to respond again.
While Curtis lay in that bed. They used to read to him, give him exercises and sing to him. But, it seems that while he was sleeping, he really enjoyed it when one of his friends, who had rescued him from the rubble, came with a guitar to play and encourage him to get up. They knew that Curtis enjoyed this because of the signals his brain sent to a machine.
Suddenly, Curtis started wiggling his fingers, the doctors were called and it looked like he was about to wake up. But, he was not yet ready to do so. However, Curtis' finger wiggling did not stop. A couple of weeks went by like that. Day and night Curtis wiggled his fingers non-stop.
Unseen, Curtis opened his eyes and with some difficulty got out of bed, saw some wires connected to him and disconnected them and that's when the alarm bells went off. The entire resuscitation team rushed out to Curtis' room to be surprised to see him sitting up in his bed. Without a doubt, it became one of those medical miracles that doctors often tell about.
Curtis' family members were called and it didn't take long for them and their friends to arrive. There, it no longer mattered to ask him what had happened, because he no longer remembered. It only mattered that he was okay, awake and with them again.
Curtis recognized his friend the guitarist and asked him if he brought his guitar so he could play a little. His friend, overjoyed by the news, left it at home. But, Curtis told him that he listened to it in his sleep. He listened to them all. But, everything was accompanied by the guitar. He didn't know how to explain it, only that he woke up wanting to hear the guitar playing. His friend told him that he didn't play guitar, he played bass. Curtis didn't know the difference, so he didn't pay much attention to it. But, he felt like interpreting everything he had heard in his head while he was sleeping and that surely it didn't all belong to his friend.
Curtis recovered. When he got out of the hospital he felt very happy to be alive and to be able to continue with his projects and adding a new and very special one. Learning to play the bass guitar with his friend. When he arrived home another surprise was waiting for him. His father was finishing the house he was building. It was exactly as he had imagined it, with a nice garden, a great balcony, ceramic floor and a room for his sisters when they wanted to visit him.
Curtis continued to work in construction. But, little by little some injury or other reminded him of the incident, so he decided to opt for a different career and as he was getting very good at the bass guitar. He decided to join a band and honestly it was very easy for him. Since most decide to be the lead in the band on guitar or drums, many leave the bass aside. He continued to grow as an artist and slowly began to take more of the spotlight. Other bands used to do collaborations with him.
He continued to grow as an artist and the best thing about him is that he never forgot his origins and his little house. Every day he made it more beautiful and invested in the place, now there are better roads and vehicles could reach his house. Thus preventing something like what happened to him from happening to someone else.
La imagen de Curtis fue tomada del juego de Rising Star
The image of Curtis was taken from the Rising Star game.
