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El conflicto estaba por culminar, los lunars estaban por conocer una nueva paz que desde hacía varios siglos no conocían. Todos estaban muy ansiosos, ya celebraban en la Luna, esta inminente paz. La firma de los Snguerers en el tratado de paz era lo único que faltaba.
Los Snguerers eran una tribu milenaria que vivía en las profundidades de la Luna, eran seres grandes tenían muchas formas, parecidos a la piedra en principio eran pacíficos, pero que solían llevarse por las emociones.
Los Lunars por su parte, eran muy parecidos a los humanos, ansiaban tanto la paz que querían festejar como lo hacían sus vecinos en la Tierra, el próximo paso era sembrar relaciones con los humanos.
Pero, debían verse unidos y sin conflictos para asumir los próximos pasos como especies. Los Snguerers, cuando notaron la presencia de los Lunars sobre la superficie, les empezó a preocupar. Tenían la idea de que eran invasores y que tarde o temprano no tardarían en bajar y convertirse en un peligro para la especie.
Uno de los embajadores de los Lunars era Sketyo un joven prometedor, filósofo, muy apasionado de la cultura humana. Un ejemplo de la cultura Lunar, sus compatriotas estaban muy orgullosos de que este joven los representara ante los Snguerers. Por la contra parte se encontraba Weyimm, un Snguer sabio de avanzada edad que siempre velaba por el bienestar de su tribu. Según decían, él siempre sabía la verdad de todos, por eso era un gran representante. Porque si él no viera honestidad en los Lunars, todos lo sabrían y la guerra se desencadenaría de nuevo.
El momento de los acuerdos llegó y todo transcurría muy cómodamente. Los Lunars se comprometían a estar en la superficie, prometían que los espacios de los Snguerers no serían traspasados sin permiso y prometían una larga relación de amistad, cordialidad y paz. Los Snguereres proponían acuerdos relativamente similares. Sin embargo, como sabían que los Lunars eran particularmente curiosos, también proponían acuerdos de visitas supervisadas entre especies, para incentivar la fraternidad y no olvidarse el uno del otro. Cuando Weyimm decía esto y lo plasmaba en el acuerdo, Sketyo no pudo evitar alegrarse por este gesto tan noble. Casi le daba un abrazo, pero recordaba que estaba en un asunto político de trascendencia entre especies. Había muchos detalles, acuerdos y consensos que apreciar, corregir y discutir. Pero, la nueva relación estaba a la vuelta de la esquina. La firma llegó y ambas partes mostraron su orgullo y aprecio con el otro creando una V con sus dedos. El cual los humanos conocerían después como el símbolo de amor y paz.
Pasaron los años y la paz era sublime. Las relaciones día tras día se fortalecían, los Lunars podían visitar a los vecinos cada vez más seguido y los Snguerers visitaban un tanto tímidos a los Lunars quienes los recibían cordialmente. Se creo la primera universidad Lunars – Snguerers liderada por los voceros de los acuerdos de paz de ambas especies (Weyimm y Sketyo) donde compartían sus culturas, historias, comidas, bebidas, salud… Se veía muy prometedor el futuro de ambas especies.
Pero, la preocupación para ambas especies estaba llegando, fuerte actividad solar generaba una radiación muy poderosa y la vida de los Lunars y los Snguerers estaba pendiendo de un hilo. Los filósofos y grandes mentes no encontraban solución al problema. Su destino, estaba ya decidido. Todos morirían calcinados y se convertirían en otra roca más de la luna.
La solución se encontró en un antiguo ritual de los Snguerers, que recordaba el anciano Weyimm. La transmutación de conciencia, hacia un ser iluminado. Era arriesgado y tenían una única oportunidad. El momento donde la mayor radiación golpeara a la Luna, todos tenían que estar presentes, unidos con un mismo pensamiento, “tocar al ser iluminado”. Mientras todos cumplían su parte, el líder promulgaría el ritual. De todas partes de la Luna viajaron y se concentraron. Eran millones reunidos alrededor del obelisco Sngu escuchando al ritual. Pero, algo sorprendente ocurría, el embajador Sketyo se unía a Weyimm para profesar las mágicas palabras.
El calor y el dolor era insoportable para todos, ya algunos estaban empezando a palidecer, pero seguían unidos sin importar que. Cuando la onda de radiación más fuerte estaba por llegar. Unas palabras de Sketyo, llegaron a oídos de Weyimm. – Me alegra que pudiéramos encontrar la manera de ser amigos. Weyimm, ya sin fuerzas solo decía la plegaria, si paraba, su voz se ahogaría, pero miró a Sketyo y le sonrió. Él también lo consideraba un buen amigo.
Se terminaba el ritual, él último en pie era el viejo Weyimm. Con lágrimas en los ojos al ver caer a su amigo, gritó el final del ritual con el resto de fuerzas que le quedaban. - Ser iluminado, hijo de la luna, te alcanzaremos pronto. Recibe a tu pueblo, a tus pueblos ahora los Snguerers y los Lunars que estamos juntos ¡En ti y por ti viviremos por siempre!
La ráfaga llegó y todos desaparecieron sin dejar una prueba de su existencia. Pero, en otro lugar algo lejano bajo la luz de la luna llena, un pequeño niño nacía. Un niño sabio con la carga de dos pueblos sobre sus hombros. El heredero de dos culturas ancestrales que desaparecieron como muchas otras por las inclemencias de la naturaleza. Cuyo nombre sería Moon Child. El Niño de la Luna, bautizado así por el sabio Weyimm desde la Luna.
Este joven, crecería amando la cultura humana con la necesidad de seguir explorando, viajando y conociendo cosas nuevas, algo que ansiaban mucho los Lunars. También aprendió a ver la verdad adonde fuera, tal y como el viejo Weyimm de los Snguerers podía hacer. A donde fuera, que iba contagiaba alegría, fraternidad y paz. Un sentimiento, con el que se despidieron ambas especies. Fue el legado que todos se sienten orgullosos de compartir con Moon Child. Los Snguerers y los Lunars, viven una segunda oportunidad en la tierra, aunque ahora son humanos, esto ya no les importa. Agradecen un tiempo más, nuevas oportunidades, por los nuevos amigos y por estar juntos de nuevo.
Moon Child al compartir con otros, se encarga de mantener a todos unidos, le gusta viajar con ellos en su vagoneta y disfruta de una buena música que promueva la paz y la hermandad entre especies. Él no siente nada extraño, no tiene recuerdos de sus antepasados, ni siente ningún tipo de responsabilidad, es una persona normal. Mejor dicho, una persona normal con un legado muy especial.
The conflict was about to culminate, the lunars were about to know a new peace that they had not known for several centuries. Everyone was very anxious, they were already celebrating on the Moon, this imminent peace. The signature of the Snguerers on the peace treaty was the only thing missing.
The Snguerers were a millenary tribe that lived in the depths of the Moon, they were large beings with many forms, similar to stone, peaceful in principle, but they used to be carried away by emotions.
The Lunars, on the other hand, were very much like humans, they wanted peace so much that they wanted to party like their neighbors did on Earth, the next step was to establish relations with humans.
But, they had to look united and without conflict to take on the next steps as a species. The Snguerers, when they noticed the presence of the Lunars on the surface, became concerned. They had the idea that they were invaders and that sooner or later they would descend and become a danger to the species.
One of the ambassadors of the Lunars was Sketyo, a promising young lunars, philosopher, very passionate about human culture. An example of Lunar culture, his compatriots were very proud that this young man represented them before the Snguerers. On the other side was Weyimm, a wise old Snguer who always looked after the welfare of his tribe. It was said that he always knew the truth about everyone, which is why he was such a great representative. Because if he did not see honesty in the Lunars, everyone would know it and war would break out again.
The time for agreements came and everything was going very comfortably. The Lunars pledged to be on the surface, promised that the Snguerers' spaces would not be trespassed without permission and promised a long relationship of friendship, cordiality and peace. The Snguerers proposed relatively similar agreements. However, as they knew that the Lunars were particularly curious, they also proposed agreements for supervised visits between species, to encourage fraternity and not to forget each other. When Weyimm said this and embodied it in the agreement, Sketyo could not avoid but rejoice at this noble gesture. He almost gave her a hug, but he remembered that he was in a political matter of cross-species significance. There were many details, agreements and consensuses to appreciate, correct and discuss. But, the new relationship was just around the corner. The signature came and both parties showed their pride and appreciation with each other by creating a V with their fingers. Which humans would later come to know as the symbol of love and peace.
Years passed and peace was sublime. Relationships grew stronger day by day, the Lunars were able to visit their neighbors more and more often and the Snguerers visited the Lunars who received them warmly. The first Lunar - Snguerers university was created, led by the spokesmen of the peace agreements of both species (Weyimm and Sketyo) where they shared their cultures, stories, food, drinks, health... The future of both species looked very promising.
But, the worry for both species was coming, strong solar activity was generating a very powerful radiation and the life of the Lunars and Snguerers was hanging by a thread. Philosophers and great minds could find no solution to the problem. Their fate was already decided. They would all be burned to death and become just another rock on the moon.
The solution was found in an ancient ritual of the Snguerers, remembered by the old man Weyimm. The transmutation of consciousness, into an enlightened being. It was risky and they had only one chance. The moment where the greatest radiation hit the moon, everyone had to be present, united with the same thought, "touch the enlightened being". While everyone played their part, the leader would enact the ritual. From all parts of the Moon they traveled and gathered. There were millions gathered around the Sngu obelisk listening to the ritual. But, something amazing happened, Ambassador Sketyo joined Weyimm in professing the magical words.
The heat and pain was unbearable for everyone, some were already starting to turn pale, but they remained united no matter what. When the strongest radiation wave was about to arrive. A word from Sketyo, reached Weyimm's ears. - I'm glad we could find a way to be friends. Weyimm, already without strength just said the prayer, if he stopped, his voice would choke, but he looked at Sketyo and smiled at him. He also considered him a good friend.
The ritual was over, the last one standing was old Weyimm. With tears in his eyes as he watched his friend fall, he shouted the end of the ritual with the rest of his remaining strength. - Be enlightened, son of the moon, we will catch up with you soon. Receive your people, your peoples now Snguerers and Lunars we are together In you and by you we will live forever!
The blast came and they all disappeared without leaving a proof of their existence. But, in another place somewhat far away under the light of the full moon, a little child was born. A wise child with the burden of two peoples on his shoulders. The heir of two ancestral cultures that disappeared like many others due to the inclemencies of nature. Whose name would be Moon Child. The Moon Child, so baptized by the wise Weyimm from the Moon.
This young man would grow to love human culture with the need to keep exploring, traveling and learning new things, something the Lunars craved. He also learned to see the truth wherever he went, just as the old Weyimm of the Snguerers could do. Wherever he went, he spread joy, brotherhood and peace. A feeling, with which both species said goodbye to each other. It was the legacy they were all proud to share with Moon Child. The Snguerers and Lunars, living a second chance on earth, although they are now human, this no longer matters to them. They are grateful for more time, for new opportunities, for new friends and for being together again.
Moon Child, by sharing with others, is in charge of keeping everyone together, he likes to travel with them in his wagon and enjoys good music that promotes peace and brotherhood between species. He doesn't feel anything strange, he has no memories of his ancestors, nor does he feel any kind of responsibility, he is a normal person. Rather, a normal person with a very special legacy.
La imagen de Moon Child fue tomada del juego de Rising Star
The image of Moon Childwas taken from the Rising Star game.
Las demás imágenes de la historia, fueron generadas con IA. Si tienen alguna duda, inquietud o contrariedad pueden hacermela saber en la caja de comentarios
