De verdad que enumerar recuerdos da bienestar y atesorarlos es, desde mi punto de vista, un privilegio. No soy de las que se aferran al hoy como lo único, como Neruda, confieso que he vivido, y el futuro siempre es la esperanza. Vivo el hoy sin perder de vista la experiencia que me dejó el pasado para poder tener mejor futuro.

Sabores, olores, objetos, lugares, momentos y más, tal como lo muestra @lilianajimenez en esta iniciativa propuesta por ella que me ha gustado tanto.

¿Cuántas veces no surgen en reuniones con gente querida esos recuerdos de emociones vividas, que hacen que al recordarlas vivamos de nuevo esa dosis de felicidad y vuelve agradable esos encuentros?

Vivir pendientes de los instantes, que nos dan alegría, y revivirlos en su momento, para recordar esas emociones es muy importante para el bienestar, no sin razón se dice que «recordar es vivir».

Revisando mis archivos mentales, me doy cuenta de que los olores tienen protagonismo en los recuerdos. Ellos quedan grabados y cuando se presentan de nuevo, traen una cantidad de vivencias afortunadas que provoca repetirlos.

Estaba iniciando en el Pedagógico de Maracay cuando me inscribí para estudiar guitarra y compré una Tatay nueva, el olor de aquella madera me sorprendió, nunca había experimentado el mismo y la experiencia nueva de aprender y participar en la Estudiantina por cuatro semestres fue algo muy importante.

Cada vez que preparo avena caliente, llega el recuerdo de la que mi mamá hacía, cuando la hago trato de lograr el mismo sabor; mi nuera me la ha hecho y es muy agradable sentir esa coincidencia de sabores que traen confort.

Cuando salí embarazada la primera vez y leí esa palabra «positivo» en ese papel, fue una experiencia inolvidable; casi llego caminando a la casa, porque se me olvidó que tenía que subir al autobús, eché a andar con esa emoción en mi mente, cuadras tras cuadras.

Cuando cada hijo comenzaba a caminar, cuando mudaron el primer diente, escuchar por primera vez la palabra «mamá»; verlos asumir responsabilidades, escucharlos cantar en un escenario, o cuando se inician en el mundo de la lectura.

Cuando un hijo o un nieto toca un instrumento; asistir a un concierto donde está alguno de ellos; recibir cartas dedicadas por ellos. Revisar la caja de tarjetas y recuerdos que conservo, entregadas por mis hijos cuando estaban pequeños, es un reconfortante viaje a cumpleaños o navidades del pasado, que me llenan de felicidad.

Y qué decir de esos viajes en familia a la playa, la planificábamos minuciosamente para que todo saliera bien y así resultaba. Cada uno de esos momentos era una recarga de satisfacción tan necesaria, para nuestro fortalecimiento como familia, y para el bienestar y la recreación que todos necesitamos.

Mis oídos guardan como sonidos mágicos, para elevar el nivel de dopamina, los que se producen en esas sesiones de conversación y risas, que solíamos tener y que surgen de manera espontánea, cada vez que coincidimos en un mismo lugar, o planificábamos ir todos a comer a algún lugar, esos ratos son los mejores y la posibilidad de que se repitan está latente, lo que aumenta mi alegría.

Son tantos y tantos, donde entran los logros personales, académicos y en el mundo del arte, con la pintura, que lo único que puedo concluir es en el agradecimiento perenne.

Truly, enumerating memories gives well-being and treasuring them is, from my point of view, a privilege. I am not one of those who cling to today as the only thing, like Neruda, I confess that I have lived, and the future is always the hope. I live today without losing sight of the experience that the past has left me in order to have a better future.

Flavors, smells, objects, places, moments and more, as shown by @lilianajimenez in this initiative proposed by her that I liked so much.

How many times do not arise in meetings with dear people those memories of emotions lived, that make us to remember them to live again that dose of happiness and makes pleasant those meetings?

To live pending of the moments that give us joy, and relive them at the time, to remember those emotions is very important for well-being, not without reason it is said that "to remember is to live".

Reviewing my mental archives, I realize that smells have a leading role in memories. They remain engraved and when they appear again, they bring a number of fortunate experiences that cause them to be repeated.

I was starting at the Pedagogical School of Maracay when I enrolled to study guitar and bought a new Tatay, the smell of that wood surprised me, I had never experienced it and the new experience of learning and participating in the Estudiantina for four semesters was something very important.

Every time I prepare hot oatmeal, I remember the oatmeal my mother used to make, when I make it I try to get the same taste; my daughter-in-law has made it for me and it is very nice to feel that coincidence of flavors that bring comfort.

When I got pregnant the first time and I read that word "positive" on that paper, it was an unforgettable experience; I almost walked home, because I forgot I had to get on the bus, I started walking with that emotion in my mind, block after block.

When each child began to walk, when they molted their first tooth, hearing the word "mom" for the first time; seeing them take on responsibilities, hearing them sing on stage, or when they are introduced to the world of reading.

When a child or grandchild plays an instrument; attending a concert where one of them is present; receiving letters dedicated by them. Going through the box of cards and mementos I keep, given to me by my children when they were young, is a comforting trip to birthdays or Christmases of the past, which fill me with happiness.

And what can we say about those family trips to the beach, we planned it meticulously so that everything would go well and so it turned out. Each one of those moments was a much needed recharge of satisfaction, for our strengthening as a family, and for the well being and recreation that we all need.

My ears keep as magical sounds, to raise the level of dopamine, those produced in those sessions of conversation and laughter, we used to have and that arise spontaneously, every time we met in the same place, or planned to go all to eat somewhere, those moments are the best and the possibility of repeating them is latent, which increases my joy.

There are so many and so many, including personal, academic and art world achievements, with painting, that the only thing I can conclude is perennial gratitude.