Matar a un hombre es una tarea sencilla. No hay mucho a lo que se le deba temer, un corte, un golpe. Bueno claro, el forcejeo y los gritos vienen en el paquete de lo tedioso y ni qué decir de desaparecer el cuerpo. Pero, matar a un hombre a fin de cuentas no es una obra de tanto brío. Sin embargo, ¿cómo se mata la conciencia? Necesito matar la mía, clavarle un cuchillo, asfixiarla, golpearla...no sé ¿Se te ocurre algo más?
No tengo intención de torturar a mi propia conciencia, honestamente. Ya ella me tortura a mí. Pero sí deseo desaparecer la sensación de que me observa y escudriña cada paso que doy. Por momentos olvido que está en mi interior y le grito: ¡Basta, para ya! La última vez que lo hice, estaba en el supermercado y todos me quedaron viendo extraño. No fue mi intención.
Todo comenzó por las moscas. ¡Sí, pútridas moscas! Son el insecto más asqueroso y molesto que existe. Las detesto y ellas lo saben porque me acosan diciéndome: "Tu lo mataste". Sé que pusiste cara extraña, no me leas así, no pienses mal, sé que las moscas no hablan. ¡No estoy loca! Pero sé que no me entienden. Ellas fueron testigos, las únicas testigos ese día. ¿Y si le dijeron a otras moscas lo que hice? Ustedes no lo saben, la comunicación entre esos engendros pueden ser diferente a como la pinta la ciencia.
Ese recuerdo me envenena. Lo vi borracho nuevamente, estaba tan colgado que ya parecía un cadáver. Solo le hice un favor. Aproveché que roncaba y ¡Zas! atiné el cuchillo en su garganta. Fue rápido, lo juro. Solo tuve que tapar sus labios mientras se ahogaba con la sangre. Pasaron al rededor de dos horas y yo seguía tendida allí, con él. Nunca había visto tanta sangre en mi vida... mi ropa, el suelo. Pero ya estaba listo, todo salió bien. No pude más que irme a dormir, tranquila y feliz sabiendo que todo había acabado. No habría más moretones, ni besos forzados ni tendría que fingir que me gustaba su asqueroso cuerpo. Mi garganta no soportaba más profanación.
Los días siguientes seguí siendo feliz aunque sabía que el cuerpo seguía en la sala, no me importaba. No había vecinos cerca, por fin amaba la chacra. Pero empezaron a llegar las moscas, se posaban en la cocina con sus patas llenas de sangre de él. Me perseguían. Aunque me bañara, me encerrara, siempre aparecían y me seguían llenando de él. Sé que me intentaban decir algo, me llamaban "asesina". Las moscas se sumergían en él, estaban en; los oídos, la boca, los ojos...pero sobretodo en el cuello. ¡Sí, astutas! Se posaban en la herida que le hice, parecían mofarse de mí desde su silencio y perturbadora presencia.
No pude más y lo incendié todo. Nadie me preguntó por él. Nadie se detuvo por el incendio. Yo iba y venía hasta que se carbonizó todo y procedí a barrer los restos. Me fui muy lejos. Pero las moscas seguían detrás de mí, y lo he aceptado como parte del secreto.
ENGLISH
Killing a man is a simple task. There is not much to fear, a cut, a blow. Well sure, the struggling and screaming come in the package of tediousness and not to mention disappearing the body. But, killing a man at the end of the day is not such a brisk job. However, how does one kill the conscience? I need to kill mine, stick a knife in it, suffocate it, beat it... I don't know... Can you think of anything else?
I have no intention of torturing my own conscience, honestly. It already tortures me. But I do want to get rid of the feeling that she is watching me and scrutinizing my every step. At times I forget that it is inside me and I scream at it: Stop it, stop it! The last time I did it, I was in the supermarket and everyone looked at me strangely. I didn't mean to.
It all started because of the flies - yes, putrid flies! They are the most disgusting and annoying insect there is. I hate them and they know it because they harass me saying: "You killed it. I know you made a strange face, don't read me like that, don't think badly, I know flies don't talk, I'm not crazy! But I know they don't understand me. They were witnesses, the only witnesses that day. What if they told other flies what I did? You don't know, the communication between those creatures can be different from how science paints it.
That memory poisons me. I saw him drunk again, he was so strung out he already looked like a corpse. I only did him one favor. I took advantage of the fact that he was snoring and WHAM! I stuck the knife in his throat. It was fast, I swear. I just had to cover his lips while he choked on the blood. About two hours passed and I was still lying there with him. I had never seen so much blood in my life... my clothes, the floor. But I was ready, everything went well. I could only go to sleep, calm and happy knowing that it was all over. There would be no more bruises, no more forced kisses and no more pretending to like his disgusting body. My throat couldn't take any more defilement.
The next few days I remained happy even though I knew the body was still in the living room, I didn't care. There were no neighbors nearby, I finally loved the farm. But the flies started to arrive, they would land in the kitchen with their paws full of his blood. They chased me. Even if I bathed, even if I locked myself in, they always appeared and kept filling me with him. I know they were trying to tell me something, calling me "murderer". The flies would dive into it, they were in; the ears, the mouth, the eyes...but above all in the neck. Yes, cunning! They rested on the wound I gave him, they seemed to mock me from their silence and disturbing presence.
I couldn't take it anymore and set it all on fire. No one asked me about him. No one stopped for the fire. I paced back and forth until it was all charred and I proceeded to sweep up the remains. I went far away. But the flies were still after me, and I have accepted it as part of the secret.
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