Históricamente la tecnología ha ahorrado tiempo y esfuerzo al hombre facilitando tareas y agilizando procesos que antes tomaban muchas horas, meses y hasta años. Con el pasar del tiempo la tecnología va abarcando mayores ámbitos y ofreciendo nuevos avances que dejan en su camino aquella tecnología del pasado, esa que ya sea por obsolescencia, altos costos de producción o bajo rendimiento, es superada por la novedad.
En mi afán por registrar la cotidianidad a través de la óptica fotográfica recorro lugares comunes para encontrar momentos y lugares que considero especiales pero que para la mayoría pasan desapercibidos por el vertigo en que se desarrolla la vida en la ciudad.
En Caracas existe un lugar dedicado al transito peatonal llamado Bulevar de Sabana Grande. Este corredor conecta Plaza Venezuela con Sabana Grande y Chacaíto, y es un espacio comercial lleno de todo tipo de tiendas, restaurantes, bares, clubes y hoteles. Más allá de su importancia como espacio de comercio, hoy vengo a mostrar una tétrada fotográfica de un motivo que está viendo sus últimos tiempos de vida en el bulevar, una pieza tecnológica que en su momento fue revolucionaria y que ahora ha quedado desplazada.
Las casetas telefónicas públicas.
Herramientas que otrora fueran la solución para la comunicación, son ahora motivo perfecto para esta naturaleza muerta. Estas cuatro casetas telefónicas públicas son de las pocas que aún existen en el bulevar y que siendo ya objetos inanimados del paisaje se han convertido en lienzo para el arte urbano, transformando su función de intercomunicador a plataforma artística.
Caseta telefónica #01
Ya nadie se percata que existe, simplemente es un elemento inerte en el paisaje urbano.
Caseta telefónica #02
Usada como pared para pegar propaganda de servicios. La gente al pasar en su rutina frenética me observa tomar la foto.
Caseta telefónica #03
Este pequeño se detuvo mientras tomaba la foto, su madre quien lo espera... observa.
Caseta telefónica #04
En esta última ya ni se conservan los teléfonos, su desuso y bandalismo han dejado las casetas vacías.