¿Qué puede ser más emocionante para un fanático de Star Wars que recordar aquella escena de A New Hope en la que Luke Skywalker se encuentra contemplando el atardecer de soles gemelos en Tatooine?
La icónica escena es acompañada por "The Force Theme", un tema compuesto por John Williams que se repite varias veces en toda la saga, generalmente en momentos de gran emoción. Al escucharlo, nuestra memoria siempre nos lleva a esa escena de Luke contemplando el horizonte, por lo que es un tema que asociamos de forma inevitable con este personaje (por esto también se le conoce con el nombre de "Luke's Theme"), con la Fuerza y, por supuesto, las dobles puestas de sol en el universo creado por George Lucas.
En toda la saga de Star Wars (entiéndase del Episodio I al VIII), se nos han mostrado tres escenas con dobles puestas de sol y la misma ambientación musical. No sólo poseen en común los dos soles y la melodía de fondo; también el punto de encuentro siempre es Luke: cada escena muestra un momento clave de la vida de este personaje.
Episodio IV: A New Hope
En el cuarto episodio de la saga (y el primero en estrenarse en el cine, en el año 1977) esta escena ocurre previa al viaje del héroe. Luke Skywalker, nuestro protagonista, es un joven con una vida sin mayores emociones, en un planeta desértico llamado Tatooine que no ofrece nada más allá de una vida simple.
Sin embargo, la vida de Luke daría un vuelco inesperado: él y su tío compran dos droides, R2-D2 y C-3PO, y Luke encuentra el mensaje holográfico de la princesa Leia Organa en el más pequeño de los droides, en el cual ella pide la ayuda del jedi Obi-Wan Kenobi y lo llama "su única esperanza".
Una vez que Luke le cuenta a sus tíos, Owen y Beru, sobre el mensaje oculto en R2-D2 y expresa su deseo por ir al espacio exterior, tiene una discusión con Owen, quien le dice que olvide el mensaje y que necesita a Luke en casa para la cosecha de ese año. Frustrado, Luke se retira y contempla la doble puesta de sol.
No podemos evitar sentir empatía por el joven, al ver en su mirada el deseo de crecer, explorar, de ser una mejor versión de sí mismo, tener aventuras y salir del planeta donde siente que permanece atado. Es la antesala al viaje del héroe.
Obi-Wan, oculto bajo la identidad de un ermitaño llamado Ben Kenobi, le cuenta a Luke que él y su padre fueron amigos y que ambos eran caballeros jedi, y que un maestro del lado oscuro llamado Darth Vader había asesinado a su padre. Al ver el mensaje de Leia, Kenobi le ofrece la posibilidad a Luke de que viaje con él a Alderaan y le da el sable de luz de su padre, Anakin Skywalker.
Los stormtroopers imperiales habrían seguido el rastro de los droides, buscando los planos de la Estrella de la Muerte ocultos en R2-D2, hasta el hogar de los tíos de Luke. Para el momento en que regresa a su hogar, encuentra los cadáveres de sus tíos carbonizados. Así, nuestro protagonista iniciaría el viaje que tanto anhelaba, pero con el costo de la pérdida de sus seres amados, lo que le recuerda que las aventuras que sueña tener ocurren en medio de una guerra de la que él formaría parte.
Episodio III: Revenge of the Sith
Esta escena es la final del tercer episodio de Star Wars (estrenado en 2005) y nos muestra a los jóvenes tíos de Luke, Owen y Beru, a quienes Obi-Wan les entrega el recién nacido Luke Skywalker para que lo críen como su propio hijo.
La pareja contempla el doble atardecer con Luke en brazos, mientras Obi-Wan los observa desde la distancia. La escena nos lleva a la puesta de sol en A New Hope y trae una cantidad de emociones consigo, mientras una vez más escuchamos "The Force Theme" al fondo y pensamos en ese bebé que, años después, miraría el mismo horizonte soñando con las aventuras que tendría.
Episodio VIII: The Last Jedi
En el año 2017, 40 años exactos después del estreno de A New Hope, tuvimos la suerte de poder ver a Mark Hamill encarnando de nuevo el papel de Luke Skywalker. El octavo episodio de la saga nos contó la historia de un Luke envejecido, presa de la culpa y del miedo por haber empujado a su sobrino, Ben Solo, al lado oscuro, trayendo muerte y destrucción a su paso.
Este escéptico y derrotado Luke muestra el desarrollo de un personaje sobre el que se erigió una leyenda. Nos muestra el lado humano de un héroe que fue afectado por el miedo que le produjo la presencia del lado oscuro en su sobrino y que se desconectó de la Fuerza.
Sin embargo, la presencia de Rey en el planeta Ahch-To, donde Luke se exilió, hizo que buscara conectarse con la Fuerza nuevamente y con su hermana Leia. En un último despliegue de poder, Luke utiliza la Fuerza para crear una proyección astral en el planeta Crait para enfrentarse a Kylo Ren y salvar lo que quedaba de la Resistencia.
Luke no sólo enfrenta sus temores, sino que engaña a Kylo haciéndolo creer que realmente está allí. Juega con la frustración y la ira de su sobrino y finalmente le dice "Derrótame con ira y siempre permaneceré contigo, igual que tu padre". La última lección que Ben recibiría por parte de su tío.
Al darnos cuenta de que Luke no se encuentra físicamente en Crait, lo vemos dominando la Fuerza desde Ahch-To, y se desploma en el suelo de cansancio. Luke se incorpora y mira el atardecer, y las palabras del maestro Yoda resuenan en nuestra mente: "Skywalker, siempre mirando al horizonte". En la mirada de Luke vemos paz y reconciliación consigo mismo; el viaje físico de Luke ha terminado... es momento de ser uno con la Fuerza.
El ciclo de la vida de Luke está marcado en estos atardeceres; el nacimiento, la vida y la muerte. Por esta razón, al ver esta escena los espectadores nos sentimos conmovidos al saber que contemplábamos el final de la vida de este personaje. Sin embargo, esta última escena no sólo representa la muerte de Luke, sino el inicio de un nuevo viaje para él.
Un viaje hacia un mundo más fascinante y más vasto del que nunca había soñado.
