
Mis conos y bastones
son fotosensibles
a tus sensuales curvas.
Entre la luz roja,
la luz verde y la azul
me deslumbro con tu belleza
que irradia mucho más
calor que el fuego.
Pero cuando no estás
todo se convierte
en un acromático caos,
aunque mi alrededor
haya luminosidad;
no existen tonos
ni saturaciones.
Grises y negros
invadiendo mi mente,
insaturados recuerdos
de un pasado multicromático.
¡Que momentos!
Provocavamos una sensación estética
cuando estabamos juntos,
nos percatabamos
de ojos llenos de envidia
a nuestro alrededor.
Envidia que al final
ganó,
y apagó el switch
de todo lo que construimos.
No quiero recordar,
pero la monocromÃa
de esta soledad
me carcome el alma.