Es una tarde melancólica,
un ocaso desvaído lo confirma...
Logro verlo desde este islote,
en medio de la nada.
El sonido del mar me calma,
mis ganas de gritar desaparecen,
al igual que el ruido
y mi alma lo agradece.
Llegué aquí,
tras embarcarme en el viaje de la vida,
hastiado de la tripulación,
me lance por la borda.
Naufragué y creí morir
sumergido en aguas turbias,
no intenté luchar
tocando fondo al fin.
El sol termina de esconderse
y la oscuridad se cierne...
En el confín de cada extremo,
las aguas negras,
al compás de una marea que crece,
comienzan a cubrirlo todo.
Dos lunas azules se reflejan sobre el agua
y en el horizonte todo es difuso...
No existe línea que delimite
a este bravío mar negro, el cual
parece engullir al cielo nocturno.
He perdido toda esperanza,
mis preocupaciones se han esfumado...
Intento escribir mi nombre en la arena
y al recordar que carezco de uno,
sonrió al no sentir molestia alguna.
El agua ha llegado hasta mis pies,
miro en derredor de mí
y tengo la certeza
de morir ahogado prontamente.
Las lunas brillan con intensidad
mientras la nostalgia me invade...
Partiré y por desgracia,
no volveré a estar en este lugar de ensueño.
ambos, fotógrafos de Unsplash.com. Las dos imágenes fueron modificadas en PhotoshopCs5.
El separador final es de mi autoría, creado en PhotoshopCs5.
Esta obra esta bajo una licencia de Creative Commons.
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