
Los retazos de recuerdos que no habitan en mi memoria, no son tan vitales como los que llenan mi Micro SD. Hay más imágenes allí que palabras en mi boca. Fueron muchas las fotos, por ejemplo aquel poeta era lacónico y sombrío, nunca habló, solo me miraba con cara de tristeza. A mí me dieron ganas de emborracharme con él, pero de pensarlo me entristecí. Lo abracé y seguí investigando a los galardonados que había allí.
Festival del condón era su primera edición, un evento masivo, que pretendía reunir a los mejores DJs junto con los mejores poetas en un evento de poesía experimental y algo de electrónica literaria. Una burla, a no ser por los músicos, que más que bien se mantenían callados en vez de elevarse por entre el ritmo imponente de la fiesta. Una burla a no ser por el condón gigante que paseaba saludando con un abrazo a los invitados. Una burla a no ser por la cantidad de alcohol que ingresó en mi sangre y que por sorpresa me hizo ser más social de lo que soy.
Mi tarea era fácil: ir al evento, tomar un par de fotos y escribir un artículo sobre este. Pero no era tan fácil como parecía, no podía hablar mal de los lastimosos poetas, que a falta de criterio les sobra metrosexualidad, megalomanía y egocentrismo. Que dios me salve de los poetas, que yo me libro de los músicos.
Pero tenía que escribir. Quizá debería escribir: Entre electrónica y poetas. Sí, a la gente le gusta la fiesta más que la poesía, A la gente le gusta divertirse, pero se avergüenzan de negar que un par de versos le causan bostezo. Yo soy sincera, si un poeta no me gusta, no me gusta. Aunque la poesía es vital para mí, es simple, un buen poeta deja eso en la boca que uno reconoce como suyo, así lo pensaba Eliot. La poesía también es buena para el sexo, si hay algo que lubrique el cerebro es el lenguaje. Yo con eso no tengo defensa, que el diablo me lleve y me deje empalada por no arrepentirme.
Ah, aquel poeta, esta foto la recuerdo, era buen poeta, un muchacho tímido, pero guapo. El que está al lado, acompañándolo, tiene varios premios literarios, su presencia allí era vital, recitó algunos poemas junto con el Dj de la noche. A mí ni bola me importó. Pero pensó que terminaría con él, besando su cuello. Iluso: creía que por escribir un par de versos iba acostarme con él.
Me dispongo a escribir mientras las fotos me narran la historia que no recuerdo. Me dispongo a creer que la poesía no se convertirá en un vejestorio en las bibliotecas de los eruditos. Termino con esto:
La música electro revitalizó en un eco experimental la poesía de poetas noveles y reconocidos en el Festival del Condón. Muchos artistas musicales acompañaron los versos como en la antigua tradición clásica. En aquel banquete la euforia experimental sucumbió sobre los oyentes logrando una fiesta inusual y cultural que tanta falta le hacía al país. El próximo año, se celebrará de nuevo el festival que busca promocionar la obra de artistas y músicos e incentivar el sexo seguro.
Me alejo del escritorio y con un suspiro me dispongo a pensar que la cultura se encuentra entre la depresión de los mediocres, de los machistas y de los egocéntricos. Vuelvo al escritorio para enviar el texto y cansada decido acostarme hasta que el sol toque nuevamente la ventana.

Por otra parte, los invito a visitar mis otros cuentos: