Ilustraciones de una Amateur - Paseando por la literatura y el dibujo

Mi primer encargo para dibujar fue hecho dentro de mi familia (si fuera un pedido de alguien que no fuera mi papá, me escandalizaría). Recientemente Raúl Cazal, mi padre, decidió retomar esto de tener una editorial y aunque Visconversa es más que eso, a mí me gusta pensar que decidió no olvidar lo que logró con Comala, su primera empresa dentro del área de los libros.

A mí me gusta que no se deje absorver por la situación en Venezuela y siga buscando emprender en algo donde esté en juego todo lo que él sabe: economía, periodismo, diseño gráfico... así que cuando me dijo que había visto alguno de mis dibujos (él también dibujaba en sus tiempos) y quería que le hiciera algunos para una entrada de Vicente Battista, escritor Argentino y gran amigo de la familia, apesar de que yo no soy profesional ni mucho menos, me atreví descaradamente a aceptar.

Se me dio la libertad de decidir qué hacer, y se me dijo que tenía que entregar los dibujos en dos días. Leí el texto llamado La aventura de leer y luego de tener que hacer una interpretación y releerlo para asegurarme, comencé a dibujar en papel.

La aventura de leer por donde lo veas, no tiene mucha ciencia, el mismo título te avisa por dónde va la cosa. Vicente nos dice que enfrentarse a las palabras es más complicado que ver una pantalla, sin embargo yo no dejaría que entraran en este conjunto todas las películas y series, ya que existen aquellas que también necesitan un nivel de concentración para que las entiendas y te adaptes al ritmo que te pide; pero hay que reconocer que siempre estará también un contraste y es que mucho de lo que se ve, deviene con un fin más comercial que nada, por lo que no se te exige mucha atención ni esfuerzo para entender lo que está pasando, y por pasar.

La música se encargará de marcar los momentos esenciales, ya sea para el romance o para el misterio; el chirrido de una puerta invariablemente señalará que es el momento de sentir miedo y los tiros, que vendrán de inmediato, se oirán como si realmente fuesen de verdad. Nada queda para nuestra imaginación, somos espectadores y como tal nos comportamos: la pantalla piensa por nosotros.

Todo lo que él dice, lo tomé en cuenta al hacer los dibujos, sus palabras las procesé y traté lo mejor que pude en convertirlas en otro tipo de símbolos.

Luego de dibujar todo en papel, subrayé todo en marcador negro y luego en marcadores finos de colores.

El dibujo de arriba, quise tal vez simular un sueño, en el que estamos sentados viendo algo en la tele y la sensación de que estamos en medio de un tiroteo es tan grande que nos vemos parados, esquivando las balas como lo hace el protagonista, corriendo por nuestras vidas e incluso pensando mientras esto pasa, pero en realidad, solo estamos sentados en un sofá. Lo fácil que es desaparecer de nuestra casa, nuestro cuerpo, con solo tener una tele delante.

Luego escaneé los dibujos y comencé editarlos en Photoshop.

A mí también me parece que he viajado bastante, sobre todo con Paul Auster, me he sentido en Nueva York como si la conociera desde el primer instante que él narra:

Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él. Mucho más tarde, cuando pudo pensar en las cosas que le sucedieron, llegaría a la conclusión de que nada era real excepto el azar.

Esta era mi defensa para la lectura, decía yo en algún momento de mi vida cuando los libros eran de lo más importantes para mí, que leer a varios autores era conocer varias formas de pensar, así que ya no vivías solo con tu punto de vista sino con el de cientos de personas que también les gustaba alzar la voz para decir qué les pasaba por la mente.

Una mañana, de hace muchos años, conocí el mar. Recuerdo que fue una experiencia emocionante, pero también recuerdo que no fue una sorpresa. Los libros, las aventuras de los libros, ya me habían revelado el secreto de los océanos.

-Vicente Battista en La aventura de leer

A mí me gustan mucho los círculos y los colores, así que para darle algo más a los dibujos decidí mezclarlos con figuras geométricas gracias a la ayuda de photoshop y @hormigaobrera que me ha enseñado a usar esta herramienta.
Ninguno de ellos tiene la misma estética que el primero, y si no fueran por los colores, cualquiera diría que no son todos de la misma persona.

Pensando últimamente en el libro eléctronico, me imaginé a mí con mi hijo mostrándole los libros de papel como mis padres me cuentan de los teléfonos de antes o los toca discos, solo espero que a mi hijo no le cueste tanto usar un libro como a mí me cuesta entender un toca disco.

Vicente piensa que algún día las bibliotecas quedarán como museos por su deshuso y la gran entrada que ha tenido el mundo tecnológico; se irá allá para ver cómo las personas en su momento se acercaban a la lectura, cuando no tenían e-books. Yo no lo dudo, aunque me sigue gustando leer a Márquez y Cortázar en papel.

Me gustó dibujarle algo a él, porque fue tan fácil dado a cómo escribe y su talento en hacerte sentir lo que él quiera, incluso se le podría decir manipulador por esto. Me gustó porque leer me encanta y leer sobre leer me encanta aún más, la oportunidad en este pequeño trabajo fue el poder permitirme traducir bellas palabras en trazos con colores.

Borges alguna vez dijo que leyó La Divina Comedia como un libro de aventuras. Tal vez ésa sea la clave: explicarle al joven lector que sólo basta con ir tras los pasos de Tom Sawyer y de Huckleberry Finn, o embarcarse junto al capitán Silver hacia la isla del tesoro o entrar con Alicia en el país de las maravillas, para ingresar a un mundo mágico y fascinante. Por fortuna, la lista es vastísima. Cualquier tarde ese chico descubrirá que los libros ya son parte de su vida y con alegría comprenderá que no puede prescindir de ellos, aunque sólo sea por la inagotable aventura de leer.
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