Irónico... Hace tiempo viene dando vueltas en mi cabeza el tema del tiempo y he preguntado ayer a mi esposa ¿qué es el tiempo para tí? De la misma manera se lo pregunté a mi hijo y ahora -que me estás leyendo- te lo pregunto a tí: ¿qué es para tí el tiempo?
"Time is money"
Benjamin Franklin
Para no enredar mucho las cosas y poner en contexto el pensamiento, podríamos comenzar con la definición que nos trae el Diccionario de la Lengua editado por la Real Academia Española de la palabra: tiempo y dar cuenta de dieciocho (18) acepciones en su significado. Menudo desafío ¿no?

«El dictador tiempo» Fuente: Pexels.com Licencia
Magnitud física
Ahora, revisemos el significado que nos enseñan a todos: «Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo»
Bien, desde este concepto comienzan los problemas para comprender el tiempo como tal. Es decir ¿pasado? ¿futuro? ¿cómo definirías pasado? ¿recuerdo de sucesos que modelaron nuestra vida en ciclos solares transcurridos? ¿cómo definirías futuro? ¿sucesos que no han transcurrido y que estás en el deber u obligación de prever? ¿crear angustias por algo que ya pasó o que podría suceder más adelante?
Apuesto que no lo habías visto desde esta perspectiva y te estás preguntando: ¿a donde va este tipo? Pero, se pone mejor...
Magnitud Teológica
Seguro que has escuchado alguna vez la frase: «El tiempo de Dios es perfecto» usada para justificar algo que no se ha dado o que se retarda por la espera.
Para los libros sagrados de las religiones que enseñorean el planeta, el tiempo es algo etéreo, un ejemplo de ello está en el Génesis, primer libro del antiguo testamento, primer versículo: «En el principio...» ¿En el principio? creo que deja dudas sobre cuándo sucedió ¿no lo creen? Revisen los textos sagrados y darán cuenta sobre lo planteado.

«¿Qué hora es allá?» Fuente: Pexels.com Licencia
Pasatiempo
¿Y entonces? Si vas a tener un dictador en la espalda creado, de paso, por los mismos hombres; tiene que existir su contraparte. Los «pasatiempos» fueron concebidos de todas las formas y colores (por usar una mala analogía) y son necesarios para distraer la mente de la espera sobre cualquier espacio de tiempo entre el momento en que estás dispuesto hacer algo y el momento en que efectivamente lo haces.
Si, ya les escucho: « Marco ¿no estarás enredando las cosas? »
Basta decir que no solo creamos el concepto del tiempo, sino la manera como desperdiciarlo de lo lindo y no sentirnos culpables en el interín.
Percepción
De todas las respuestas que me dieron a quienes pregunté, la que más llamó mi atención fue la de mi hijo @stower que respondió: «El tiempo es una percepción» (¡vaya, vaya!)
No es que él haya descubierto el continente americano pero aquieten su mente e intenten ver como lo veo.
A todos nos enseñan en la escuela que el tiempo no es otra cosa que llevar la cuenta de los días y las noches transcurridas desde que recuerdas lo más tierno de tu infancia, hasta el fin de tú tiempo como ser humano en la tierra. No antes (no existías), ni después (eres pasto de gusanos).
A estas alturas del juego, mi querido lector, se ha formado una idea de lo que pasa por mi cabeza ¿no? entonces, prosigamos.

«Cuestión de percepción entre estático y movimiento» Fuente: Pexels.com Licencia
Relación con el tiempo
El ser humano aprende por imitación, tanto o más que los demás seres vivos desperdigados por la faz de la tierra; en su largo aprendizaje hay conductas condicionadas por el cerebro reptil: el peligro de lo caliente, por ejemplo, representado en el color de un hierro al rojo vivo. No lo sabes, pero lo intuyes: si acercas tu piel a ese metal, no la vas a pasar nada bien.
Otras conductas pasan a ser imitadas cuando observamos el comportamiento aprendido de los adultos: el reloj, por ejemplo, simbolizado por unas manecillas montadas en una caja de engranajes que se mueven empujados por su fuente de energía.
¿Somos esclavos del tiempo? pregunto y dejo para tus adentros esa respuesta.
Dictadura
¿Entonces? Si, comienza la carrera... Una carrera nada sana que te lleva por cosas como éstas: «¿Primer sueldo a los 28? No, chico, él es un vago mantenido» o bien: «¿No ha tenido niños a los 37? A los 35 años yo ya era abuela (de paso, lo dicen con orgullo)» además de otras perlas por el estilo.
Y es que para el mundo occidental, el tiempo se ha vuelto un dictador sumamente perjudicial para los seres humanos, incluso, con la diáspora migratoria actual, hay coterráneos que se quejan de lo lenta que son las cosas en otros países de habla hispana y de cómo tienen que armarse de paciencia para que algo se haga en el tiempo que ellos quieren.
Obvio, aquellos no tienen el apuro que tenemos nosotros.

«El tiempo de Dios es perfecto» Fuente: Pexels.com Licencia
Aquí y ahora
La frase más cruda de la psicología gestalt: «¡Aquí y ahora!» es una arenga a la conciencia colectiva. El asunto es que a nadie le enseñan eso cuando eres niño o niña. ¿Ahora si la tienen, verdad?
Los eventos del pasado que modelan las personas en las cuales nos hemos convertido, gravitan sobre nuestro ser por un tiempo mayor o menor, dependiendo la cantidad de soles y lunas que te lleve traer esto a la conciencia. Hay quienes se van de este plano físico sin aprenderlo y hay quienes parece que vienen a este mundo con la lección aprendida.
De lo que se trata es ¿como hemos aprendido? ¿nos preocupamos o nos ocupamos de enseñar esto? ¿dejas que el tiempo dicte lo que debes o no hacer? ¿a quién puedes influenciar de tal modo, para que traiga a la conciencia el «¡Aquí y ahora!»?
Meollo
Jamás me atrevería, mi caro lector, a remover vuestras neuronas para agregar más angustia de la que ya tienes en tu vida. Pero creo, firmemente, que el tiempo no debería tener ese papel protagónico que le hemos dado. Justamente porque no lo merece.
La vida nos parece larga cuando somos adolescentes y por ello la arriesgamos sin más ni más. Cuando estamos encerrados en nuestra etapa productiva, la vida y el tiempo se nos va pasando sin darnos cuenta. Recién cuando maduras y te das cuenta lo loco que ha sido tu viaje, puedes definir con mayor precisión lo que el tiempo significa para tí.

«¡Aquí y ahora es tu vida!» Fuente: Pexels.com Licencia
Epílogo
No pretendía escribir un tratado del tiempo y mucho menos, de su percepción o uso. Si tienes la paciencia de leerme hasta éste párrafo, y además, me has leído antes, comprenderás que es solo una visión que comparto de mis pensamientos contigo. Tan íntimo como se puede ser a través de las letras.
Creo recorrido un largo camino para darme cuenta de varias cosas que no nos llegan antes, sino cuando han de llegar. Lo que ha de ser, será... (como le digo a mi esposa). Pero trato de apelar a tu materia gris para intentar ofrecer una mirada descarnada de una realidad: El tiempo va a ser lo que tú desees que sea. Un dictador, un amigo, una magnitud, una desesperanza, un amor, una ansiedad, un poema, una preocupación, una pasión... En fin, todo aquello que quieras acercar a tu vida en forma de soles y lunas, unos detrás de las otras.
Y es eso, mi amado lector, lo que te hace ser humano...
Gracias por leer
