Dejame entrar
el alma de ti
y arropé
mi desnudez
con tus abrazos.
entre en tu vida
y que mis ojos
te puedan mirar,
que mis labios sedientos
encuentren manantial
en tu boca húmeda
y descanso en tu lengua
con sabor a miel .
arda y palpite y que
muera mil veces por ti,
déjame en la intimidad
con dios para así
yo orar por ti y poder
resarcir el tiempo
que no pude pasar
junto a ti.
en tu regazo
cerquita de tu vientre
buscando tu sombra
mujer de araguaney
rubia sol, pupilas de
verdor oliva,
sombra que calma la
tempestad en calor
refresca las heridas
y el ardor de mi piel.


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