Encomiendo a Dios
mi mañana encomiendo,
al gesto en melodía
que tengo cada vez
que te pienso
y a mi entender loco
cuando veo tus ojos abiertos.
las cosas así me salgan
en las palmas costras,
a mi afán de agradar
a tú papá y a esa complicidad
que tengo con tu mamá
para convierte en mi esposa.
como las rosas
o los detalles dulces
cuando rozo tu boca,
a tus enseñanzas
y mis caídas sobre
mis rodillas artrosas,
a las batallas perdidas,
a mi a ti, a mis amigos
que me hablan de ti.
a los papeles arrugados
por intentar otra vez
y a mi temblorosas manos
si te saludo mujer.
en mi panza redonda
y a esas comillas
en mi sonrisa
cuando te cruzas,
a lo que me merezco,
a la suma cuándo resto
y a estos pies cansados
de llevar los zapatos puestos.


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