Tus flores blancas
con atenta calma en la fé
y la esperanza con mirada al cielo alza,
dando al señor alabanzas .
y por el color tan hermoso de tus flores blancas,
por calor de tus palmas acariciando mi espalda
y al galope en mi pecho cuándo a él te acercas
con prodigiosa elegancia.
y al escuchar tus palabras sabias,
que a mi oído le son gratas hacerte reverencia
y estar atento a la dama por la que mi pluma de Neruda
se engalana para dedicarte estás letras
o esos gestos preciosos que en ti encuentro
y tus manos al jugar con pelo suelto
iluminando en camino de las pupilas que te admiran.


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