de tu blanca piel
y tu fresco aroma,
cual flor de azahar.

Así era tu presencia toda
sencilla, dulce y delicada
dejando tu estela
por donde pasaras...

Tu tierna voz y compañía
apaciguaban temores
y regalabas calma,
a esta vida mía...
Y ahora que no estás
mi abuela querida,
esta flor de azahar
me trae de nuevo
esos sentimientos
y dulces recuerdos...