
¡Qué el mundo lo sepa!
Externaliza sentimientos
sin pensar en el qué dirán,
liberándote de inquietudes.
Calla lo necesario
exclamando lo que te atormenta.
Pinta sobre el papel,
el grito desesperado de tu existencia.
Haz correr aguas infestas
tras dejar el grifo abierto
durante horas inundándote
con toda la suciedad que en ti reside.
Prohíbe cohibirte o cualquier tapujo,
ellas entenderán y darán respuestas,
confía plenamente que así será
convirtiendo en palabras tu dolor.
Déjalo salir como vino a este mundo,
sin adornos ni nada que lo arrope.
Llora mientras lo haces y escucha el eco
sollozante resonar en tu interior.
Haz que tu voz llegue a los sordos
y que tal proeza mudos la comenten,
para que ciegos anhelen verle
e incluso la muerte desee llevárselo.
¡Qué el mundo lo sepa!
Que sepa que estamos locos.
Que morimos por esto
viviendo entre textos.

Bruno Glätsch, fotógrafo de Pixabay.com.
Esta obra esta bajo una licencia de Creative Commons.
