“Jack Star. Sección 1” (una novela en desarrollo)

Este es un post recopilatorio sobre Jack Star. Una ¿novela? que estoy escribiendo en las convocatorias al concurso #microcifi256, organizado por @trenz. Decidí hacerlo a través de microcapítulos que voy publicando en cada convocatoria sin saber cómo continuará la historia. Pues la nueva temática es, cada vez, totalmente desconocida para mí.  

El Capitán Horn activó el modo sigiloso, después de siete horas y veintisiete minutos de vuelo, la flota se encontraba a tan solo 500 kragnas de los sensores del planeta Vuln IV. La distancia suficiente como para estar totalmente alerta.

Los esfuerzos diplomáticos resultaron infructuosos, la única forma que les quedaba para rescatar a la Primera Dama era una operación relámpago. Pero no sería nada fácil.

  - Entrar y salir, esos bichos no tendrán ni idea de lo que está pasado –se repetía Jack una y otra vez en su cabeza, intentando mostrar al menos la mitad de coraje que el Coronel Harris. Autor de esas palabras justo minutos antes.

320 kragnas.

  - Activando el protocolo hit –dijo Walder, el maestro informático . Había desarrollado un protocolo capaz de causar una falla en el sistema de defensa del planeta. Permitiendo, en teoría, la entrada de la nave al espacio atmosférico sin ser detectada.

Jack cerró los ojos con fuerza. Era su primera misión, nada menos que rescatar a Su Excelencia. Fue el primero en la academia, sobrepasaba a todos los demás. Nunca un error en las simulaciones, nunca una herida sufrida, nunca menos que la perfección. Estaba preparado, no tenía la menor duda.  

200 kragnas.  

Estaban cerca, parecía que el hit funcionaba.  

80 kragnas. 

El comando tomó posiciones frente al portón de salida. Eran las 1:27 en La Tierra, hora mundial. 

-50 kragnas.  

Defensas sobrepasadas, estaban dentro. Quedaba mucho por hacer todavía, pero Jack Star se sentía ansioso y preparado.  

  -  Vamos allá –pensó.  

Cuando Jack abrió los ojos no podía oír nada. Sólo un pitido. Aparte de eso, nada. Reaccionaba lentamente, apenas sí podía tomar aire. La imagen era borrosa todavía, solo habían pasado segundos desde que Jack tomó conciencia pero, para él, los segundos se hacían minutos y, los minutos… horas.   

El pitido, en un comienzo fuerte y agudo, fue amainando en intensidad y las imágenes iban recobrando, poco a poco, cierta nitidez. Aunque quizá ésa sea una palabra demasiado generosa para ilustrar lo que sentía el joven Star.  

Se miró el cuerpo mientras se incorporaba, para ver si estaba entero, le costaba moverse.   

  - Piernas… están; brazos…. ¡aaahhjjj! –se quejó Jack- ¡Maravillosa misión para iniciarse! ¡Maldita sea!  

Le dolía todo. Era una sensación sobre todo extraña para él. No estaba acostumbrado, a fin de cuentas, nunca antes le habían herido de verdad. Aunque no era nada que no pudiera soportar. Trató de incorporarse un poco, con éxito, apoyando su espalda contra una pared de piedra natural, al tiempo que intentaba accionar el sistema de comunicaciones de su traje de combate.

Nada. El RedCom no funcionaba. 

Algo había salido mal, todavía no sabía qué pero algo había salido francamente mal. Los vulnianos les estaban esperando, “lo sabían” –pensó-. El plan estaba perfectamente ideado, la probabilidad de éxito era del noventa y siete coma ocho por ciento. Pero en realidad no tenían ninguna posibilidad. Tenía que haber un topo pero, quién. Jack no lo sabía, pero estaba dispuesto a averiguarlo.  

Vuln IV es el planeta capital del Sistema Vuln, tiene tres estrellas. La principal se llama Sigris, las otras dos son Capea y Dundee. El más grande de los siete planetas que pertenecen a dicho sistema, de los cuales sólo tres son habitables tanto para los vulnianos, como para los humanos.   

Jack se levantó de su asiento de tierra roja y piedra, no sin dificultad. Tenía que encontrar alguna fuente de agua. Las reservas de su traje de combate estaban, al igual que el sistema de comunicaciones, gravemente dañadas y, sin el sistema de mantenimiento activo, estaba totalmente a su suerte. No sabía todavía dónde se encontraba, tenía que reconocer el terreno con cuidado, había sobrevivido, pero si los vulnianos lo encontraban…

Cuando los humanos superaron la Edad Espacial Inicial, allá por el año 2037, y comenzaron a llegar a otros planetas, se fueron organizando en un Gobierno Mundial con el fin de localizar y colonizar nuevos lugares. La Tierra se estaba quedando pequeña. Exploradores de condición, aventureros, imperialistas… no tardaron en encontrar y conocer otras especies pero, inevitablemente, no todas las relaciones fueron cordiales. Como cuando “el viejo continente” encontró al “nuevo”, como cuando los vikingos se lanzaron al mar, en esta ocasión los humanos encontraron a la especie vulniana, naciendo y creciendo una fuerte rivalidad a través de las décadas.