Hermosa fue la espera,
Para que te formaras,
Dulce, cada segundo,
Cuando te soñaba.
Con mucha expectativa,
Llegó el mes de marzo,
Y ese primer día,
Estuviste en mis brazos.
Escasos los minutos
En aquella cama
Cuando de pronto
Tu llanto escuchaba.
Es un varón!
El doctor exclama,
Chistes y alegrías,
En aquella sala.
Pasaron los segundos,
Mientras te limpiaban,
Que fueron eternos,
Cuando yo te ansiaba.
El ilustre galeno,
Por cierto tu tocayo,
Te acercó a mi encuentro,
Y te llamé Santiago.
Mi Dios te bendiga!
Dije entre sollozos,
Y te amé con beso,
Capturado en fotos.
Desde allí mi vida,
Mil giros ha dado,
Porque tú mi niño,
Todo lo has cambiado.
Pañales, vacunas,
Coche, hora del baño,
Ay de mis carteras,
Ya me he olvidado.
Cuando tienes hambre,
Y no encuentras alivio,
Son de gran consuelo,
Mis pechos sorbidos.
Se cae ya la noche,
Y brotan tus suspiros,
Para acurrucarte,
En tu castaño nido.
Hay tres vigilantes,
Que cuidan de tus sueños,
A tu lado mami y papi,
Y Dios el Ser Supremo.
Por tanto regocijo,
Te quiero prometer,
Que cada día mi niño,
Por ti yo lucharé.
Qué Dios tan generoso!
Me concede hoy el placer,
De tenerte entre mis brazos,
Cómo no agradecer!
